Una Nochebuena, más noche, que buena. Una divertidísima comedia navideña, una pequeña joya y una demoledora crítica en forma de comedia negra a las relaciones familiares.
Cuando una familia celebra unida, permanece unida. Pero hay que seguir ciertas reglas: No se puede hablar de ciertos temas, hay que mirar hacia otro lado cuando algo te duele, esquivar los cuchillos y sonreír, nada de política, no se menciona al tío Andrés ni se pregunta ¿dónde estará?… y por supuesto si dudas en una respuesta, mira a tu madre que ella sabrá lo que tienes que decir.
Y si consigues salir ileso, solo te quedará la resaca, alguna pequeña herida en el alma y mucha ilusión para que llegue la próxima.
Divertidísima, gamberra, y para reír a carcajadas. También tiene su mensaje de profundidad para reflexionar, mucha ternura, humor ácido, a veces con muy mala leche, y canciones en directo. El propio drama y las miserias de los personajes nos parecen tan cercanos que nos provocan risa.